Las centralitas o unidades de control son piezas fundamentales para el funcionamiento de cualquier camión. Podríamos decir que actúan como pequeños ordenadores diseñados para garantizar que los sistemas más importantes del vehículo trabajen de manera correcta y eficiente.
En un principio, los camiones —al igual que los autos— contaban solo con una única unidad: la del motor. Esta se encargaba de regular la cantidad de combustible en la combustión, las revoluciones y el régimen de ralentí. Sin embargo, con el paso de los años y la evolución de los circuitos integrados, los camiones modernos han incorporado tecnologías cada vez más avanzadas.
Hoy en día no solo hemos visto un aumento en las funciones de la unidad de control del motor (ECU), sino también la aparición de otras centralitas dedicadas a sistemas específicos. Algunas de ellas se ocupan de controlar componentes clave como el ABS, el airbag, el cuadro de instrumentos, el sistema de frenos electrónicos (EBS), la gestión de suspensión neumática, el cierre centralizado, la climatización, e incluso elementos propios de vehículos pesados, como la gestión del tacógrafo, la transmisión automatizada, o los sistemas de asistencia al conductor.
En conjunto, todas estas unidades garantizan que un camión moderno opere con seguridad, eficiencia y fiabilidad, incluso en las condiciones de trabajo más exigentes del transporte pesado.